Los primeros garabatos que pintan los niños

Los primeros intentos que los niños hacen para expresarse de forma gráfica comienzan con los garabatos que ellos pintan expresando así su inteligencia y el desarrollo que progresivamente va ocurriendo representando la imagen de su ?Yo?? interior. Los primeros garabatos que pintan los niños

En la antigüedad estos dibujos eran considerados simplemente como un tipo de expresión imperfecta de la realidad, algo que fue cambiando a través del tiempo gracias al conocimiento más adecuado que fue teniendo el hombre por medio de estudios e investigaciones puntuales sobre el tema.Para algunos especialistas este tipo de actividad, que desarrolla el niño, representa su recimiento en todo lo referente al arte visual.

Durante la primera mitad del siglo XX algunos psicólogos de renombre demostraron interés en estos dibujos tratando de demostrar que los diseños infantiles eran similares al lenguaje hablado o escrito y que proponía una nueva forma de interpretación. Basándose en esto se iniciaron estudios e investigaciones con niños a partir de los 5 años, una etapa donde ya la mayoría de ellos está en plena etapa figurativa habiendo dejado atrás otras etapas de expresión.

Ya en 1918 Montessori escribía sobre el tema llamando a los garabatos hechos por los niños como “…estos horribles pintorrejeos que mostraban monstruosas expresiones del desorden intelectual…” y en 1930 autores como Vigotsky escribieron obras como “La imaginación y el arte en la infancia” donde se planteaba que debía dejarse de lado los garabatos.

Sin embargo,  también salieron a la palestra los detractores como Antonio Machón, un reconocido profesor que no estaba de acuerdo con estas teorías ya que para él todas estas manifestaciones gráficas realizadas por los niños representan el dejar atrás las primeras formas de conocimiento como son la simbólica y la sensorio-motriz. Luego vendrán las otras formas de dibujo que corresponden al dibujo figurativo y que ya forman parte de los sistemas que se encuentran ligados a los marcos culturales que son impuestos por los padres y educadores.

Para Machón el hecho de ver a un niño de corta edad hacer sus garabatos era una experiencia apasionante sobre todo la actitud que toma el pequeño ante una hoja en blanco iniciándose un proceso creativo, donde se refleja su pensamiento en acción.

La hoja blanca sería entonces el mundo que lo envuelve y los trazos que el niño realiza sobre ella es su pensamiento reflejado, con formas fundamentales como el clásico círculo cerrado que puede verse de forma reiterada en el dibujo infantil. El niño en definitiva se encuentra buscando su propia naturaleza.

Es así como se presenta esta primera instancia llamada “período de la informa” donde el niño experimenta de manera muy natural realizando trazos que le permiten descubrir su verdadera naturaleza formal y su sentido de la representatividad.

La expresión a través de los garabatos es un lenguaje universal y que se manifiesta de forma espontánea, un tipo de expresión que no está regida por las pautas de imitación de aquello que hacen los adultos sino que marca su propio desarrollo y su estado evolutivo. A pesar que a simple vista los primeros trazos no tienen sentido el niño no se da cuenta de ello y frecuentemente mientras los realiza el pequeño mira hacia otro lado mientras continua con sus garabatos, que no intentan en esta etapa reproducir aquello que lo rodea.

Por medio de los garabatos el niño explora su “yo” y es una tarea que les resulta agradable de hacer ya que disfrutan del movimiento que representan esos garabatos. Es importante que los padres se interesen en las cosas que el niño dibuja en esta etapa ya que así el logrará sentir que este es el camino correcto de comunicación entre niños y adultos.

Llegando a los dos años de edad estos garabatos ya comienzan a hacerse coordinados, adquiriendo ritmo y también armonía a través de dibujos circulares o también puntos y comas. A partir de los 3 años ya comienzan a realizar garabatos más controlados pues es el momento en que el niño descubre que existe un vínculo que une sus movimientos y los trazos que hace en el papel.

Luego llega el “período de la forma” aproximadamente a los 4 años donde la representación es denominada gráfico-simbólica ya que el niño comienza a darles un nombre a cada garabato, a pesar que el adulto no puede reconocer nada de aquello que el niño menciona haber dibujado.

A pesar que los dibujos no han cambiado mucho ahora el niño comienza a realizarlos con una idea sobre aquello que desea diseñar y aumenta también la cantidad de tiempo que dedica a hacerlos. También aparecen nuevas formas como el cuadrado, triángulo, rectángulo y otras figuras abiertas.

De los 5 a los 7 años se inicia el periodo de la “esquematización” donde confluyen una cantidad de factores que vienen de otros ámbitos como el cognitivo y perceptivo descubriendo aquí la idea de íconos que representan los dibujos.

Los movimientos van evolucionando y de los círculos y figuras cerradas el pequeño pasa a formas que pueden reconocerse y generalmente comienza con su propio nombre. La figura humana es un típico dibujo de un círculo y dos líneas verticales que son las piernas y junto a estos dibujos aparecen también aquellas imágenes que proceden de modelos que les ofrecen los familiares o profesores en la escuela.

Los temas que más pintan en esta etapa son personas, casas, soles, flores, árboles y coches y la perfección tanto en el dibujo como la atención que prestan al colorearlo indica su madurez con respecto a las formas y la armonía. 

 

Foto Vía: Waddleeahchaa