Los beneficios de los mandalas en los niños

1Pintar mandalas se ha convertido en un arte terapéutico del que todo el mundo disfrutamos con frecuencia, pero es que además de ayudar a la concentración, los mandalas pueden también resultar muy beneficioso para los niños que tienen necesidades especiales, ya que contribuyen a reforzar sus capacidades y a ayudarles a relajarse.

El arte del círculo

Un mandala es un estímulo visual que invita a los niños a imaginar, a crear y encontrar una cierta armonía entre su desorden. Los budistas sostienen que la forma circular del mandala ayuda a estructura el interior de las personas, por esto resulta muy adecuado para ofrecer a los niños dichos dibujos desde una edad bien temprana.

Pontenciar la concentración

Cuando los niños están pintando, se concentran y guardan silencio. •Existen diferentes mandalas de menor y de mayor complejidad. Cuanto mayor sea su diversidad, mayor serán los procesos cognitivos que se utilicen: flexibilidad, atención, imaginación, etc.

Por otra parte un mandala debe completarse para lograr un efecto visual y emocional, por lo que los niños estarán deseosos de terminarlos para enseñarlo con orgullo, algo que estimula la capacidad de responsabilidad y de logro del pequeño.

Aliados para niños que tienen necesidades especiales

Los niños que tienen síndrome de Down o que padecen autismo, pintar un mandala les ayudará a controlar sus movimientos, a relajarse y encontrar su propio canal de expresión. Los niños que son hiperactivos encontrarán en esta actividad la manera de relajarse.

Cómo aplicar a diario en los niños este arte

Hay que tener muy claro que pintar un mandala no debe convertirse en una obligación para los niños, por lo que no hay que imponérselo, más bien deben verlo como un auténtico placer. Para ello es conveniente encontrar el momento adecuado durante el día para ofrecerle una lámina que colorear. Si ese día ya han pintado en el colegio mandalas, no se recomienda que lo hagan en casa pues se pueden sobrecargar con la actividad.

Hay que permitir que sean los propios niños los que puedan elegir los mandalas que más les gusten, ya que existen laminas con estrellas, con animales, con árboles o con dibujos geométricos, por lo que ellos decidirán lo que prefieren dibujar en cada momento. Hay que ir aumentando la complejidad de manera progresiva, ya que de esta manera se les motivará mucho más.

Pintar mandalas para desarrollar la coordinación

Pintando mandalas se potencia la coordinación “mano-ojo”. Además la pinza de los dedos permite que también mejoren muchas de las conexiones cerebrales que los niños con edades comprendidas entre dos y ocho años, deben potencial de una manera gradual, pero siempre constante.

Gracias a los mandalas se podrá ir viendo como mejor la precisión de la escritura, la manera de atarse las zapatillas e incluso la manera de manipular los objetos. Por otra parte tendrán la capacidad de discriminar los estímulos al haber desarrollado mucho la atención a la hora de pintar estos mandalas.