Los abuelos y la educación

Aunque los abuelos son escencialmente parte fundamental de la vida de los niños, es importante que se puedan mantener al margen de la educación. Los abuelos y la educación

 

Los abuelos son parte esencial en una familia. Su aportación afectiva es muy diferente a la de los padres. Crean situaciones felices. Su presencia siempre es esperada con ilusión por parte de los niños, sus visitas suelen estar asociadas a celebraciones o momentos de mayor distensión.

 

Los niños saben que sus abuelos cumplen una función diferente que la de los padres y establecen con ellos relaciones de gran confianza y complicidad. Los abuelos disponen de más tiempo que sus padres: no tienen prisa con sus nietos y les escuchan con atención. Los niños lo saben y les encanta ver cómo sus abuelos se sorprenden de sus aventuras en el colegio o de sus avances con el ordenador. Se sienten admirados y eso eleva su autoestima.

 

Los abuelos son excelentes cuidadores. Tienen una gran dosis de paciencia. Los castigos de un abuelo nunca van a ser excesivos, y más bien serán pocos. Si llegan, serán por una causa justa y siempre con una explicación cariñosa y convincente. Es encantador observar los pedagógicos diálogos entre un niño y su abuelo, mientras llegan al parque o al entrar en casa.

 

Los niños tienen una especial afinidad con los abuelos, saben que tienen espíritus parecidos y con ellos se sienten a gusto, por eso les cuentan sus secretos, sus problemas y sus pequeños proyectos. Los abuelos disfrutan con estas confidencias y se sienten necesarios. No es raro ver a uno y a otro guiñándose un ojo sin que nadie lo perciba, y mientras que ellos dos se entienden perfectamente.

 

A todos niños les encanta ir a casa de sus abuelos, allí se goza de mayor libertad y en ese lugar protegido, los padres no prohíben cosas que los abuelos permiten.

 

Los abuelos por su gran experiencia como educadores son buenos consejeros para los padres, y sus advertencias suelen ser bien acogidas por los niños. Además a ellos les gusta que se tengan en cuenta sus opiniones.

 

Contar con la ayuda de unos abuelos, no sólo para recoger a los niños del colegio o solucionar una tarde complicada con la que no se sabe con quién dejar al niño, sino como un asesor y un colaborador en la educación es algo más que una buena idea. Ninguna buena empresa trabaja sin asesoramiento de expertos y la educación de los hijos es el proyecto más importante que se tiene entre manos. Viene bien escuchar más puntos de vista, para llegar a mejores soluciones.

 

Los niños perciben cuando las medidas educativas están dictadas por el cansancio que produce educar. Educar es intervenir. Y las intervenciones han de estar dosificadas para ser bien recibidas. Los abuelos pueden aportar una solución más dulcificada y más experimentada.

 

Los abuelos admiran a sus nietos, cualquier avance les parece una proeza o algo único. Los niños perciben este modo de ser queridos: las pequeñas alabanzas contribuyen a afirmar sus buenas cualidades y les aportan seguridad. Cualquier pequeño comentario que se hace sobre sus actuaciones, es percibido por el niño como aprobación, y esto le sirve como punto de referencia para otras ocasiones.