Las buenas calificaciones y los premios

La mayoría de los niños y el colegio no tienen una buena relación, académicamente hablando, pero a veces las malas notas que sacan, pueden transformarse en excelencia, cuando saber que si se dedican a estudiar y ser aplicados, pueden recibir una recompensa al final. Las buenas calificaciones y los premios Muchos niños se esfuerzan día a día para obtener buenas calificaciones y así poder ganarse la admiración de sus padres, pero que de paso sean recompensados con algo que les gusta. A otros cuentos, les sirve esta mecánica, para volverse más juiciosos, aplicados y dedicarse a sus tareas, en vez de ver televisión todo el día o incluso perder el año, por falta de entrega al colegio y sus actividades. Pero algunos padres caen en el error de prometer a sus hijos premios si les va bien en el colegio, y al final, cuando los pequeños les dan las mejores calificaciones, los adultos incumplen su parte de la promesa. 

De acuerdo a los sicólogos, los niños deben ser recompensados por sus esfuerzos y no tanto porque se vuelvan materialistas, sino porque les es premiada su entrega de alguna manera, sin mencionar que los enseña a ser disciplinados, responsables y sobre todo a que si hacen algo, pueden recibir o tener excelentes consecuencias, en este caso, premios. Pero sobre todo es una especie de lazo de comunicación y confianza que se crea entre padres e hijos, y si es roto por algo tan mínimo y a la vez tan importante como esto, las cosas más serias pueden llegar a quebrantarse fácilmente y la decepción la tendrán los hijos. 

Para la mayoría de los niños, la etapa escolar pude ser algo complicada y es porque algunas materias no es gustan, no le llaman la atención y siempre terminan perdiendo algún logro académico. Pero a pesar de ello, los niños que esperan su regalo al final del trimestre, se entregan con gran entusiasmo a sus tareas y esperan que sus padres lo valores. Por ello, papá y mamá, deben alabar de alguna manera ese adelanto, es una especie de progreso en el que pasan de ser malos o descuidados estudiantes, a ser más aplicados y sobresalientes. Hay que recordar que los premios deben ser casi siempre tangibles, cosas que ellos vean, toquen , palpen, sientan, porque los hace sentirse más cerca de sus logros y de sus regalos. 

En un inicio, los niños no entienden lo que significa tener buenas calificaciones, pero al relacionarlo con los premiso, entenderán que así como ellos se sienten satisfechos, sus padres sentirán lo mismo si a ellos les va bien. Si el premio es dinero en efectivo, puede ser un buen método para que aprendan a ahorrar, porque en un inicio no sabrán que hacer con tanto dinero, pero poco a poco y con la orientación de los padres, aprenderán a conocerlo, en que gastarlo y cómo manejarlo correctamente.