La obesidad infantil

En el aspecto nutritivo existen problemas, tanto por defecto como por exceso, pero el más importante en nuestra sociedad es el de la obesidad, sobre todo cuando afecta a los más pequeños niños y a los jóvenes. La obesidad infantil

Algunas causas de la obesidad infantil

La mayoría de niños y adolescentes obesos serán posteriormente adultos obesos, por ese motivo es muy importante combatir las manifestaciones de exceso de peso en los más pequeños cuanto antes. En una minoría de niños de ambos sexos es frecuente que se ingiera un número de calorías superior al necesario para el crecimiento y para el gasto energético, lo que determinará un aumento en el peso en relación con la talla y la edad.

Tanto una insuficiente práctica de ejercicio como un exceso de la ingesta de comida, o ambos al mismo tiempo, producen un resultado idéntico: una obesidad que crea un problema de adaptación al medio psicológico, emocional y social y que por lo tanto, compromete seriamente su salud futura.

Tanto la ingesta como el consumo energético deben ser analizados cuidadosamente en cada niño para conocer la causa de su obesidad. Se ha podido observar que los niños obesos son menos activos que los niños normales. Sea cual sea la causa, las necesidades energéticas del organismo quedan reducidas y se favorece ele exceso de peso. Esta diferencia de actividad se acusa mucho más entre las mujeres que entre los hombres. Como ya hemos dicho, el hecho de cambiar los hábitos de alimentación, las costumbres de meriendas, galletas o cafés entre comidas, etc., aumentan la cantidad de azúcar consumido, sin que se aporte al mismo tiempo un equilibrio en proteínas e hidratos de carbono.

Factores genéticos y familiares

Los problemas familiares se acusan también, pues el exceso de peso tiende a ser muchas veces de carácter familiar. En unos casos existe un factor genético que puede influir pero, en otros, se observan unos hábitos incorrectos en la alimentación de toda la familia.

Los programas de educación física son de gran importancia para aumentar el gasto energético, sobre todo en los adolescentes que tienen a la obesidad. El control de peso mediante ejercicios, e incluso, la comida, debe ser una actividad en la que participe toda la familia. En este sentido, la responsabilidad es en gran medida de la madre o de la persona encargada de preparar la comida de la familia. Si su familia tiende a engordar, tendrá que evitar la preparación de postres suculentos, la utilización de leche entera y el empleo de grasas. Resulta asimismo aconsejable eliminar los fritos, las salsas, los potajes y utilizar más el horno, las carnes a la plancha, etc. Por tanto, la cooperación de los padres es útil, pero es más importante que sea el propio niño, cuando ha llegado a una edad algo más adulta, que sea quien siga una disciplina en sus hábitos alimentarios y físicos.