La meningitis no siempre es síntoma de gravedad

La meningitis no siempre es sinónimo de padecer una enfermedad grave y para poder conocer el verdadero alcance que supone esta enfermedad es necesario conocer el germen que la provoca. La meningitis no siempre es síntoma de gravedad

Distintos tipos de meningitis

Las meninges son unas membranas que cubren el sistema nervioso central, o sea la médula espinal y el cerebro siendo su función la de proteger estos órganos tan vitales a la vez que actúan con filtro antes ciertos microorganismos y sustancias que puedan llegar hasta ellos perjudiciales. Por otra parte producen un líquido conocido como cefalorraquídeo que se encuentra circulando por sus capas siendo su misión la de evitar y amortiguar cualquier golpe en la cabeza que pueda llegar a suponer una amenaza para el cerebro.

Las causas que pueden provocar una afección en las meninges pueden ser múltiples siendo las más importantes las causadas por infecciones aunque también es común que puedan llegar a producirse por irradiaciones, por el calor, por ciertas sustancias químicas, por tóxicos, por tumores o incluso por hongos. En cualquier caso dentro de las infecciones es importante distinguir entre las que son provocadas por bacterias y las que son provocadas por virus.

Meningitis vírica

Este tipo de meningitis puede ser causada por virus como el adenovirus o el enterovirus e incluso por otros mucho más conocidos como el virus de la varicela, de la gripe o de las paperas. Son las meningitis más benignas pero a la vez las que presentan una mayor cantidad de casos, aunque no suelen provocar secuelas.

Meningitis bacterianas

Su incidencia es bastante menor pero son las más temidas ya que los daños que pueden provocar son graves. Dentro de este tipo de meningitis existen diferentes tipos de bacterias como el meningococo que aunque cuenta con diferentes variantes, suele ser la más frecuente la del tipo B.

La bacteria Haemophilus influenzae es la que provoca un mayor número de casos especialmente entre los menores, sobre todo entre los tres meses y los tres años de vida. Para evitarla, existe una vacuna que está incluida en el calendario de las vacunaciones oficial y que es muy efectiva.

Síntomas de la meningitis

Los síntomas más comunes son padecer de fiebre, aunque no siempre tiene por qué ser demasiado elevada, dolor de cabeza, vómitos y una afectación del estado general de la salud. Con este cuadro es necesario consultar con el pediatra de una manera inmediata, especialmente si se observan otra serie de síntomas como rigidez en la nuca, algo que se puede comprobar fácilmente si el niño no es capaz de doblar el cuello llevando la barbilla hasta el pecho, o si en bebés que tienen menos de un año, se observa que la fontanela anterior está abombada, siendo en estos casos necesario acudir a urgencias de inmediato.

Diagnóstico

Ante cualquier sospecha, el pediatra realizará un análisis de sangre y una punción lumbar. La primera será para orientarse sobre la causa de la infección y el grado de la misma y la segunda para poder confirmarlo.