La conjuntivitis de piscinas

Aunque las infecciones en los ojos son muy frecuentes durante la infancia, lo cierto es que la conjuntivitis se lleva ?la palma?? especialmente durante los meses de verano debido a los chapuzones en el mar y en la piscina. La conjuntivitis de piscinas

¿Cómo se reconoce la conjuntivitis?

La conjuntivitis puede tener orígenes diferentes entre los que se encuentran los bacterianos, los víricos, algún tipo de alergia o incluso por el cloro procedente de las piscinas. En cualquier caso la afección siempre es la misma, es decir, una inflamación en la capa más externa de los ojos que llega a cubrir la parte interna de los párpados y el globo ocular.

Los síntomas son una sensación de picor y de tener arena en los ojos, además de estar éstos rojos y aparecer con legañas. Ante estos síntomas está claro que la conjuntivitis ha hecho aparición en los ojos de nuestros hijos.

Diferentes tipos de conjuntivitis

La conjuntivitis irritativa es la que suele aparecer con más frecuencia durante el verano al darse los niños numerosos baños en el agua, especialmente en el de las piscinas. En este caso la causa es el cloro así como cualquier otro tipo de agentes desinfectantes que se suelen añadir al agua y que además de conseguir irritar sus ojos, favorecen la entrada de diferentes gérmenes provocando infecciones.

Como resulta casi imposible que los niños se pasen el día entero con la cabeza bajo el agua, lo mejor para prevenir este tipo de conjuntivitis es hacerles utilizar unas gafas aptas para bucear. Si aun así esta infección llega a aparecer, será necesario acudir al especialista o al pediatra para que nos prescriba un tratamiento adecuado.

Igualmente es muy común la conjuntivitis alérgica que se da con frecuencia durante la primavera y el verano por las altas concentraciones de polen. En este caso suelen ir acompañadas de rinitis, algo que ayuda a su diagnóstico. El tratamiento requiere colirios que contengan corticoides para ayudar a su desaparición.

Por su parte la conjuntivitis  infecciosa que es la más común y que está provocada por alguna bacteria o virus, suele ser bastante contagiosa, especialmente la vírica, que se caracteriza por una secreción clara del ojo, ya que si es verdosa o amarillenta estaríamos hablando de una conjuntivitis de tipo bacteriano. En este tipo de casos el tratamiento puede variar, debiéndose utilizar antibióticos en el caso de ser  una conjuntivitis bacteriana o lágrimas artificiales si se trata de una conjuntivitis de tipo vírico.

Queratitis

Aunque la conjuntivitis suele resultar muy molesta no es normal que provoque dolores, por lo que si el niño se queja y presenta fotofobia, es decir, sensibilidad ante la luz, es muy probable que tenga una inflamación en su córnea o queratitis como se conoce a este tipo de dolencia. Esta afección de los ojos es más grave y puede estar provocada por diferentes causas como por ejemplo una exposición al sol bastante prolongada. En estos casos no se debe llevar a los pequeños a la piscina sobre todo en las horas más centrales del día y en el momento en que se haga no hay que olvidar ponerles unas gafas de sol y siempre homologadas para evitar provocar más daño en los ojos de nuestros hijos.