Hijos desafiantes

El que un niño se vuelva desafiante puede ser de mucho cuidado porque así como puede ser algo pasajero y que se puede corregir con la autoridad de los padres, también se les puede salir de las manos y volverse jóvenes agresivas y obsesionadas por cosas que en realidad no pasan. Hijos desafiantes A veces puede ser por la educación que reciben o por las influencias de sus amiguitos que haya niños que tengan ciertas actitudes y comportamientos groseros y agresivos y que cuando sus padres los van a corregir actúan de una manera muy desafiante y prepotente, enfrentando a su papá o mamá y esperando por una especie de batalla, en la que quieren ganar de cualquier manera. 

Por lo general la forma de ser de estos niños es muy compleja y se caracterizan por no seguir órdenes, no respetar a nadie y mucho menos a los adultos y a quienes son su autoridad, específicamente los padres y sus profesores en el jardín o el colegio, siempre hacen lo que quieren y dicen lo primero que se les viene a la cabeza y la mayoría de veces buscan comportarse como lo ven en los adultos que os rodean o por la influencia que puede llegar a tener la televisión en ellos. Casi siempre tienen una actitud negativista, todo le molesta, nadie le puede ayudar a nada y cree que todo lo que hace esta bien y no permite que nadie lo cuestione. Sumado a esto no le gustan las leyes, seguir ordenes, y tienen una predisposición a estar de mal genio, a explota y gritar, a mantener episodios de enfado muy largos en los que golpean, tiran las cosas y hasta dicen groserías. 

Las discusiones son lo propio y no esperan perder, así que para no verse encerrado o limitado en sus actos tienden a desafiar a quienes los regañen y evitar por todos los medios cumplir con las órdenes que se le han impuesto o hasta los castigos. No es fácil que tenga vida social y frecuentemente termina peleando con los otros niños además que es muy inseguro y siempre se sentirá atacado y en medio de su enfado desarrolla acciones de venganza para que no sienta que los demás se burlan de él.  Para que un padre empiece a detectar si su pequeño está desarrollando una actitud desafiante solo hay que ver el nivel de deterioro que puede tener en sus desempeños sociales, familiares o académicos que es en el que más fallan, pues les empieza a ir mal y disciplinariamente no es lo mejor. 

Su estado de ánimo es voluble y así como en 5 minutos puede estar muy feliz, las siguientes dos horas puede llegar a ser la persona más molesta que se conozca. Una prueba puede ser intentar hacer una especie de trato con ellos a lo que seguramente se negaran porque los cambios o el bajar la cabeza así obtenga un beneficio  no está en discusión.  Lo que hay que cuidar es su desarrollo porque pueden volverse personas adictas a ciertos comportamientos desde muy jóvenes, por ejemplo, las drogas o el alcohol.