Feng shui para niños. Parte II

Con la técnica japonesa del feng shui de lo que se trata es de encontrar un equilibrio en nuestro hogar para que las energías fluyan como deben hacerlo. Acondicionar los lugares por los que se mueven nuestros hijos supondrá para ellos un espacio donde se encuentren más seguros y cómodos por lo que no está de más aplicar algunas de estas técnicas para intentar conseguirlo. Feng shui para niños. Parte II

Feng Shui para el lugar de estudio de nuestros hijos

Lo que resultaría ideal es poder separar la zona de estudio de los niños de su lugar de descanso y de juego, pero está claro que esto no resulta siempre posible. Si es nuestro caso podemos conseguirlo utilizando por ejemplo un color diferente en cada lugar de su habitación. Así un azul celeste claro resultará perfecto para otorgar la concentración y la calma que necesitan a la hora de estudiar, pero siempre sin exceso ya que les podría restar energía y retraerles en su iniciativa para esforzarse.

Colores neutros como el marfil, el blanco roto, el lino o los marrones claros resultan los más adecuados para que decoremos estas habitaciones ya que no interfieren en su energía. Además según el Feng Shui se necesitan baúles o arcones donde puedan organizar y guardar sus juguetes y sus libros y así mantener la energía en su lugar.

Elige una iluminación natural

Sería perfecto que la habitación de los peques mirara al este y tuviera mucha luz natural ya que esta es la dirección del elemento madera que ayuda en el crecimiento de los niños. Si no fuera así, se puede colocar en sus habitaciones un objeto que tenga un color amarillo muy brillante para compensar dicha situación. En cualquier caso es conveniente que sus dormitorios cuenten con dos tipos de luz artificial: una que se más o menos intensa y otra que tenga una suave iluminación para las últimas horas de la tarde. Diferentes apliques en la pared resultan ideales para conseguir crear un ambiente que les tranquilice y les prepare para dormir.

El uso de aparatos tecnológicos

Obviamente en la antigua China no existían ordenadores ni televisiones por lo que no se pudieron hacer reglas de Feng Shui para estos aparatos por lo que ha sido necesario ir creándolas. Una televisión, pongamos como ejemplo, genera movimiento y luz, lo que la convierte en un elemento Yang que genera a su alrededor un ambiente Yin, lo que significa que aunque sean aparatos que logran mantener a los niños quietos durante un rato proporcionándoles momentos de calma, tienden a dominar todo el espacio en el que están situados.

Y es que resulta bastante difícil evitar la tentación de encender un televisor que esté apagado cuando le tenemos a la vista, siendo por tanto bastante importante buscar la forma de ocultar la pantalla cuando no la estén usando ya que todo el mundo y especialmente los niños, tienden a olvidarse de todo aquello que les queda fuera del alcance de su vista.