Lo mágico e importante de contarles cuentos

Los cuentos son una actividad que los niños pequeños adoran y más si son contados por sus padres, pero lo importante es aprender a cuidar esta tradición, para que no se aíslen las familias y los niños tomen cierta «independencia» en la que no quieren compartir con su familia, sino entregarse a la tecnología. Lo mágico e importante de contarles cuentos El contar cuentos a los niños es una tradición que se tiene hace mucho tiempo y para ellos es sumamente importante porque además de que les enseñan y comparten con ellos, les permiten rediseñar día a día su creatividad. Desafortunadamente este hábito de la época de los abuelos ha ido desapareciendo. El estilo de vida, los afanes y el estrés han hecho que los padres dediquen menos tiempo a sus hijos o los casos en que están tan ocupados en el trabajo y la responsabilidad de la casa que en realidad no queda tiempo. 

Por otro lado los niños están madurando muy rápido y es común ver niños de 3 o 4 años que quieren estar solos, no obedecen y mucho menos quieren estar con sus padres jugando o esperando que les cuenten un cuento, porque es mejor estar todo el día frente a la tele o entretenidos con los videojuegos. Lo cierto es que leerles un cuento cada noche a un niño no es un simple juego, pues para ellos es una especie de motivación, de una mejora y estimulación en su imaginación y hasta lenguaje, porque aprenderán algunas palabras de lo que escuchen, y no solo sirve para los pequeños, pues para los grandes es una especie de terapia para relajarse, para sonreír y compartir con su hijo. También se puede nombrar entre otras ventajas, el que un niño se vuelva un poco más reflexivo, que analice las situaciones que tiene en frente, que aprendan a entender lo que está bien, lo que está mal, lo que es correcto y lo que no deben hacer. 

En muchas de las historias que cuentan los libros infantiles, puede haber una semejanza con lo que sienten y piensan los niños, y es la mejor manera de poder enfrentar lo que los asusta, lo que los hace sentirse inseguros y ver como si el libro tiene un personaje que tiene un final feliz, él  también lo puede tener. Por medio de esta actividad ellos pueden motivar las ganas de aprender a leer, a ampliar su capacidad de percepción, de comprensión de cosas y situaciones, de aumentar y desarrollar su capacidad de memoria y finalmente de que encuentre unas formas propias de expresarse.  

Si desde pequeño se tiene esta costumbre, el niño será completamente feliz, pues siente que sus padres le dedican tiempo, que el es importante, que aunque haya cansancio o problemas, siempre habrá tiempo para él, aprender a escuchar a sus mayores y a reforzar el lazo padre e hijo. La actitud de un padre o madre cuando cuente historias a sus hijos, debe ser alegre, emotiva, con risas y hasta juegos o muecas que expresen lo que narran, así el también se ilusionara y será una parte activa de la relación, donde también quiere actuar, sonreír y jugar.