Enseñar a ser ahorrador

Nuestros hijos deben aprender algunas nociones básicas de ahorro y economía para tener sentido del valor del dinero y de las cosas que usan. Enseñar a ser ahorrador

La economía es un asunto de todos y desde muy pequeños debemos enseñar a nuestros hijos a no despilfarrar y a no estirar el brazo más que la manga. A los niños y a los mayores nos gusta tener: tener juguetes, tener ropa, tener dinero… Y siempre nos estamos planteando necesidades. Esas necesidades pueden ser reales, o superfluas. Distinguirlo a primera vista parece fácil pero a veces cuesta ser objetivos, siempre acabamos encontrando un motivo que nos hace ver que ya no podemos pasar sin eso.

Ahorrar es un ejercicio útil para toda la vida. Hay que saber vivir en la abundancia y en la escasez. Si se aprende uno a defender con pocas cosas se manejará mejor por la vida y se evitará muchos problemas. Y si en algún momento le falta lo necesario sabrá arreglarse sin conflictos y con responsabilidad, sin esperar que otros le ayuden a salir del hoyo.

Hay gente que no sabe vivir sin conseguir todo lo que ve: son personas que pasan por un escaparate o entran en una tienda y siempre salen con algo, y además piensan que lo necesitan. A nuestros hijos les pasa lo mismo. Y no sólo en el escaparate o en la tienda, sino cuando ven a sus amigos, entonces empieza la guerra para convencernos de que es imprescindible que tener eso..

Pero ahorrar no es solamente no gastar, sino ser capaz de no utilizar lo que tengo y no necesito. Por ejemplo las famosas huchas siguen en vigor y son muy prácticas. Podríamos decir que una hucha es algo similar al banco, en la hucha siempre se debe tener ahorros. Tienen esa función. Debemos enseñarles a meter las propinas allí. Es un buen ejercicio, no gastar todo el dinero que les dan y reservar algo para guardar.

También es bueno tener sentido del valor de las cosas. Saber que las cosas cuestan dinero, y que el dinero supone esfuerzo ganarlo. Que no hay que comprar lo más caro, que hay que contrastar precios, que no podemos vivir con la obsesión de las marcas. Por ejemplo, lo importante de unas zapatillas de deporte no es la marca, sino que tengan un buen material adecuado al deporte que se va a practicar. También hay que evitar comprar lo más barato o de una calidad muy inferior, porque eso provocará otro gasto en un tiempo muy breve.

Ahorrar es también gastar las cosas hasta el final. Por ejemplo no debemos caer en la tentación de comprar algo que esté repetido porque ya no les gusta o porque es del año pasado, o porque ese color es muy feo. Las riendas de la economía las llevamos nosotros y ellos deben ver en sus padres un ejemplo también en el aspecto del manejo económico. Podemos exigirles en austeridad, pero será nuestro ejemplo el que les ayude a vivir de este modo concreto. Y sabrán que solamente si se hace un gasto es porque es verdaderamente necesario. Ahorrar es un modo de vida.