Enseñar a nuestros hijos a ser educados

Existen multiples situaciones de la vida en las que hay que saber comportarse, debemos ayudar a nuestros hijos a que adquieran esas habilidades. Enseñar a nuestros hijos a ser educados

La buena educación es muy valorada en las relaciones humanas. Buenos portes y buenos modales abren puertas principales, dice el dicho popular. No está en desuso la norma, sino al contrario, es cada vez más valorada por ser quizá un bien escaso.

Todos agradecemos que nos traten con respeto y deferencia, en casa eso está unido a la confianza y al cariño, por eso la familia es la primera escuela de educación. Se aprende de los padres y se aprende con los padres que corrigen y advierten de los malos modos.

Los niños deben aprender las normas de comportamiento más habituales. Decir gracias cuando les hacen un favor o les dan un regalo, saludar al llegar a un sitio, despedirse al marchar, disculparse si interrumpen, acompañar de un por favor la cosas. No son coletillas sin importancia.

Debemos enseñar a nuestros hijos a ser disciplinados, a saber comportarse y moderarse; cuando vamos a visitar a otra persona a su casa, debemos saber controlarlos y no permitirles que toquen todo, abran cajones, se paseen por la casa o corran. Del mismo modo que si vamos a una Iglesia o a un acto o conferencia con ellos, deben aprender a estar con nosotros sin corretear por los bancos o pasillos. Algunos padres no intervienen cuando sus hijos distraen en lugares públicos, pero esto no es enseñar normas de respeto y conducta. Si los niños son muy pequeños y no podemos dejárselos a nadie, debemos llevar un cuento o un juego silencioso con el que se capte su atención y puedan estar entretenidos.

Los niños miden generalmente hasta donde pueden llegar, si nuestra actitud es demasiado tolerante ellos aumentan su actividad. Si no intervenimos pueden juzgar que estamos aprobando lo que hacen.

Otro campo de educación es su comportamiento en la calle. Asimismo ahí deben ser moderados. Tanto en sus juegos, respetando las personas que caminan por la calle, evitando molestar con gritos elevados o con actividades que no respeten a quienes circulan. También deben saber cruzar las calles y andar por las aceras sin revolotear a nuestro lado o juguetear con sus hermanos ocupando todo el trayecto de paso. Debemos enseñarles a ser cívicos y a respetar a los demás desde pequeños. Si tropiezan con alguien descuidadamente deben aprender a disculparse con normalidad. Otro aspecto importante cuando un niño es pequeño, es cruzar la calle siempre de la mano de una adulto, ya que los niños se distraen con facilidad y a veces no se dan cuenta que viene un coche, u otro vehículo y puede ser peligroso.

Por último el tono de voz es otro factor educable, debemos intentar hablarles serenamente y sin gritos o voces, esto es aplicable cuando les vamos a pedir algo y están a cierta distancia, no es buena norma alzar la voz y emitir la pregunta o la orden, es mejor acercarse a ellos y decirles lo que sea oportuno, así ellos aprenderán a hablar con delicadeza y un tono de voz adecuado. Todos agradeceremos estos hábitos que tanto facilitan la convivencia.