Encopresis. Parte II.

Este singular, aunque aislado problema, suele tener una solución más sencilla de la que en un primer momento se pueda imaginar. Con ayuda de los padres, el niño superará esta etapa tan incómoda en su vida de una forma natural. Encopresis. Parte II. Causas de la encopresis

Son varias las teorías sobre el origen de este transtorno que intentan explicar sus causas. Una de ellas es la que atribuye el problema de la encopresis a un síntoma de algo encubierto, como falta de cariño paternal, una excesiva ansiedad por cualquier suceso acaecido en la familia, como una separación de los padres o un inadecuado entrenamiento ya sea excesivo o escaso para controlar las heces por parte de los padres hacia los niños y que pueden ser una de las causas que contribuyan a la encopresis.

Otra teoría señala los factores de tipo fisiológicos, como el estreñimiento causado por  una mala alimentación o incluso por defecaciones dolorosas que consiguen que el pequeño sienta miedo al acudir al cuarto de baño lo que logra que la evacuación no sea normal y que las heces se endurezcan demasiado presionando el intestino y produciendo un ensanchamiento anormal del colon y por tanto del tono muscular que impida contenerlas. También puede darse el caso de que el niño se haya acostumbrado tanto a la sensación de plenitud en el intestino que si no se produce la evacuación necesaria, se consigua una distensión en el mismo dando lugar a una defecación de tipo involuntario.

Tratamiento de la encopresis

Antes de establecer cualquier tratamiento en un niño con encopresis es necesario aclarar las causas por las que padece este transtorno con una valoración médica y descartar cualquier anomalía orgánica. Normalmente cuando interviene el médico utilizará algún tipo de laxante que acompañado de una buena dieta alimenticia puede solucionar el problema. En algunos casos será necesario el uso de algún medicamento que cuente con propiedades de tipo inhibidoras del esfínter anal interno. Una terapia de tipo verbal acompañada de juegos se suele utilizar cuando los episodios de encopresis se deben a algún tipo de trauma por parte del pequeño.

Concienciar al niño de que una buena higiene es lo más adecuado o aumentar su ritmo intestinal con algunas técnicas, suele ser suficiente para atajar el problema. Acostumbrarle a ir al baño antes de desayunar y de ir al colegio es una buena costumbre que deberá de ir adquiriendo y que pueden ser recompensadas para que resulten más efectivas.

Actitud de los padres

Una actitud de diálogo y sobre todo tolerante, es la opción más recomendada para tratar con estos pequeños. Preguntarles cuál creen que es su problema y buscar una solución conjunta, suele motivarles para poner remedio a este transtorno, ya que una exagerada preocupación suele ser la peor forma para afrontarlo.