Comer bien para no engordar durante el embarazo

El peso de la mujer embarazada tiene una enorme influencia tanto en el desarrollo del feto como en la posterior evolución de todo el embarazo y del parto. Descubre cuánto se debe engordar en este período y como llevar una dieta saludable durante esta etapa. Comer bien para no engordar durante el embarazo

¿Qué se debe comer durante el embarazo?

Aquellas mujeres que están o que son muy delgadas durante el inicio de la gestación corren un riesgo mayor de que el bebé sufra de un crecimiento intrauterino retardado, es decir, bajo peso, pero sin son capaces de ganar unos diez kilos durante el embarazo, el bebé nacerá con el mismo peso que el de un bebé de una madre con un peso normal. Y es que lo que se llega a engordar durante este período resulta tan importante como el peso de la mamá en el momento en que se concibe.

¿Cuánto es aconsejable engordar en cada trimestre?

Es normal que durante el primer trimestre la mujer embarazada gane muy poco peso e incluso que pueda llegar a adelgazar debido a los vómitos típicos de este período. La media se sitúa entre ganar aproximadamente cuatro kilos y perder por semana menos de 100 gramos.

En el segundo trimestre y en el tercero, suele engordarse unos 300 gramos por semana de término medio, dependiendo de la constitución de la mamá.

Una mujer obesa al comenzar el embarazo cuenta con un riesgo mayor de sufrir complicaciones como problemas en el parto o preeclampsia y sus futuros hijos pueden ofrecer un exceso de peso al nacer o tener una pérdida de bienestar fetal. Una mujer que tiene un peso normal al quedarse embarazada pero que luego engorda demasiado, corre igualmente el mismo tipo de riesgos.

Las embarazadas con un peso normal es común que aumenten unos 12 kilos aproximadamente durante toda la gestación. Una vez se da a luz, se suele tardar unos seis meses en recuperar de nuevo la línea manteniendo una dieta equilibrada y cierta actividad física.

Cómo comer bien sin llegar a engordar demasiado

En caso de sufrir vómitos, náuseas o reflujo, se recomienda comer menos cantidades pero repartirlas entre cuatro y cinco comidas al día, así como evitar los alimentos que son ricos en grasa. Se debe consumir una mayor cantidad de hortalizas y de frutas y si se sufre de estreñimiento, sustituir los cereales normales por unos integrales.

Quedan prohibidos los bollos, refrescos, chucherías, pasteles, etc. y el picoteo entre horas. Tampoco se debe consumir bebidas alcohólicas, ni siquiera la cerveza sin alcohol porque cuenta con un alto contenido en calorías.

Se deben tomar productos lácteos que sean semidesnatados o desnatados al menos tres raciones al día para cubrir las necesidades de calcio.

Los expertos suelen recomendar suplementos de ácido fólico y de hierro e incluso algunas veces sal yodada.

El hierro, que es fundamental durante esta etapa, se puede encontrar en las carnes rojas, en las legumbres y en los vegetales, aprovechándose mucho mejor si se acompaña de un alimento que sea rico en vitamina C como por ejemplo un zumo de pomelo, de naranja o de limón. Por otra parte el café y el té disminuyen considerablemente su absorción por lo que no deben tomarse durante las principales comidas, aunque sí se pueden consumir una hora o dos después de éstas.