El queso y los niños

El queso es un alimento fundamental, que provee vitaminas, proteínas, calcio, potasio, zinc y hierro, entre otros ingredientes necesarios para el desarrollo del cuerpo, como los huesos, los músculos y el cerebro. Pero, se debe estar al tanto de algunos puntos para utilizarlo de la mejor manera. El queso y los niños Quesos para los bebés

Los NO:

• El queso debe incorporarse a las comidas del niño gradualmente, pero nunca antes de los 6 meses.

• Al igual que la leche de vaca, el queso tiene muchas proteínas para el organismo de un bebé pequeño. Este todavía no se encuentra totalmente desarrollado como para metabolizarlos.

• No se les debe dar quesos curados a los niños hasta los 2 años de edad.

• Nunca darles la cáscara del queso, estas tienen muchas bacterias y hongos, que están allí durante su momento de estacionamiento.

Tipos de quesos según la edad del niño:

0 a 6 meses: No darles ningún tipo de queso ni leche de vaca.

6 a 18 meses: Quesos blandos y semiblandos. Estos son Por salut (queso fresco), quartirolo, queso blando, queso crema, yogur.

18 meses a 3 años: Pateras (Mar del Plata), queso de rallar suave.

Mayores de 3 años: Agregarle gradualmente los diferentes tipos de quesos. Teniendo mucho cuidado y siempre en cuenta que algunos son muy fuertes o picantes, como el gruyere, el parmesano, provolone o roquefort.

¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de comprar queso?

• Debe tener la corteza lisa y no tener grietas.

• Los quesos que vienen con papel film o envasados, no se deben notar manchas de moho o aceite.

• En los quesos de tipo duro, la corteza nunca debe desmigajarse o ser rugosa.

• Los quesos blandos y semiblandos tienen que ser elásticos y fáciles de cortar. 

• Los quesos rallados deben ser desechados cuando presentan un sabor rancio.

• En cuanto a los quesos azules, no les tiene que salir agua salada para estar aptos para ingerir.

Es importante tomar el hábito de consumir este alimento, por las bondades que tiene y que genera en nuestro organismo. Sin embargo, si a algunos adultos o niños no les gusta y no quieren comerlo, hay opciones para mezclarlo o ¨camuflarlo¨, y de esta manera lograr que algunos no tengan un olor o sabor tan fuerte, que es lo que generalmente causa este rechazo.