El problema de la falta de apetito en los niños

La mayoría de los padres suelen quejarse de lo mismo con respecto a la conducta de sus hijos cuando llega la hora de sentarse a la mesa y aparece el problema de la falta de apetito por parte de los niños. El problema de la falta de apetito en los niños

A partir de una determinada edad la mayoría de los niños suelen ser poco amantes a la comida, sobre todo cuando deben interrumpir sus juegos o cualquier otra actividad que se encuentren desarrollando, sintiendo que la hora de la comida o la cena son horarios que los obligan a realizar algo poco atractivo para ellos que es precisamente “comer”.

En general los niños se inclinan más por los dulces y menos por los vegetales, lácteos, cereales y carnes. Esta falta de apetito es bastante normal pero siempre hasta un punto que no les impida alimentarse y ganar el peso adecuado para su desarrollo. Por ello será necesario que a pesar de dar vueltas para comer o renegar cada vez que deben abandonar la actividad que se encuentran realizando para almorzar o cenar, los padres mantengan un control sobre esta situación.

Un hecho preocupante puede darse cuando el niño no tiene deseos de comer ningún tipo de alimento o ingiere muy pocos a lo largo del día. Es necesario entonces, determinar si el niño demuestra una conducta que indique pérdida del apetito o simplemente se trata de episodios aislados que generalmente tienen como fundamento seguir jugando o bien la comida de ese día no es de su gusto.

Pero la pregunta es ¿cómo hacen los padres para distinguir entre estas dos conductas?

Los padres deberán insistir sobre lo importante que es para un niño llevar una buena alimentación y sobre todo hacer como mínimo cuatro comidas diarias, para crecer y desarrollarse saludablemente. No siendo aconsejable transmitir el acto de comer como una obligación o a través de reprimendas constantes.

Dependiendo de la edad algunos juegos pueden ser divertidos para el pequeño e incentivarlo a comer o bien despertar en él la idea de copiar la actitud de su padre que come con gusto todos los alimentos porque son sus preferidos. Además,  los pequeños tienen tendencia a repetir las acciones de sus padres, por lo cual lo más seguros es que repitan también esto respecto de la comida.

En gran parte de los casos a través de la conversación y la implementación de algunos juegos los niños comen y luego transforman esto en una costumbre que internalizan a medida que crecen. Si por el contrario el niño se niega sistemáticamente a ingerir alimentos y esto se transforma en una conducta bastante frecuente, se trata de una señal de alarma que puede estar indicando algún problema o posible enfermedad y será necesario entonces hacer la visita al pediatra.

A través de una consulta con el médico podrán descartarse dolencias o en caso de detectarse alguna enfermedad comenzar con el tratamiento adecuado.

Otra señal de alarma es cuando el niño también se niega a comer aquellos alimentos que siempre fueron sus favoritos ya que detrás de esa conducta existe algún problema que en ocasiones puede no ser físico sino de índole emocional, no debe olvidarse que el estrés también puede afectar a los niños e interrumpir el apetito normal del menor.

La falta de apetito puede responder entonces a diversos factores que van variando de acuerdo a la edad y no debe tomarse como algo superficial relacionándolo con una cuestión de gustos por algunas comidas y disgusto por otras.

Según algunos especialistas el hecho que un niño no quiera comer algunas cosas tiene más que ver con la relación de padre e hijo, ya que muchas veces los padres obligan a sus hijos a comer pero esto no quiere decir que se encuentren bien alimentados.

En ocasiones los niños copian actitudes de sus padres así si la madre siempre está a dieta el niño repetirá esa conducta negándose a comer.

Es importante también,  que los padres les brinden alimentos adecuados a sus hijos tendiendo en cuenta la edad.

En niños más grandes y que han llegado a la llamada pre-pubertad que se da entre los ocho y nueve años y hasta la adolescencia los problemas de falta de apetito tiene otro fundamento y es que los niños a esa edad se enfrentan con su propia imagen y ésta no es de su agrado y por lo general se ven gordos.

Existen niños que desde muy pequeños tienen una tendencia a no comer y estos problemas nutricionales deben resolverse de forma rápidapara que no afecten su salud, ya que un pequeño que no se alimenta bien no se  desarrolla de forma adecuada y esto puede traducirse en dolencias más graves como la anorexia.

La visita al pediatra es fundamental para poner en claro todas las cuestiones planteadas y no alarmarse injustificadamente pero si mantenerse alerta sobre la conducta que el niño tiene habitualmente con relación a la comida.

Foto Vía:  Howgetspregnant