El primer año del bebé y su celebración

La celebración del primer cumpleaños del bebé es un momento que emociona a todos los padres, así que hay que revisar con detalle cada aspecto, para que el momento sea muy sencillo pero agradable. El primer año del bebé y su celebración Cuando un hijo cumple su primer año, los padres se emocionan mucho y empiezan a hacerlos preparativos para que la celebración sea única. Lo primero que se les ocurre es hacer una fiesta y aunque el pequeño no la recuerde, seguramente estará muy feliz y quienes lo acompañan también estarán alegres. La planeación debe ser de ambos y si mas familiares quieren hacerlo, mucho mejor. La idea es que todos puedan sentirse parte de este evento, además que no es solo el primer año del pequeño, sino que también es el primer año de ser papás, una de las tareas más lindas. 

Hay que revisar el espacio, la temática que se va a utilizar, pues a la mayoría de los niños, les hacen una decoración dependiendo de los gustos que tengan, que sean por lo general los personajes infantiles de la temporada. La decisión de llenar la fiesta de los personajes es propia, porque habrá unos que prefieran solo una piñata y que la decoración no sea tan excesiva. 

Después hay que analizar la lista de invitados, si van a haber solo adultos o si habrá algunos niños de su edad o niños más grandes. Por lo general, como es el primer año, los padres prefieren invitar solo a sus familiares más cercanos, los tíos del bebé, abuelos y amigos cercanos. Además, el hecho de que sea un grupo más reducido, minimizará los costos. La hora es un factor importante y más teniendo en cuenta que el homenajeado es un bebé. Así que es mejor hacerla de día, cuando este despierto, alerta, atento a quienes llegan, lo saludan, le dan regalos. Si se hace  de noche, probablemente llorara sin parar o estará dormido. Es una fiesta infantil y no un evento para empezar a tomar. 

Otro punto esencial, es la comida, lo que se va a ofrecer a los invitados. No quiere decir que todo sean dulces y helados, porque en realidad la mayoría de invitados por no decir que todos, será adultos, así que hay que buscar un equilibrio entre sal y dulce. Para amenizar el momento es bueno tener una botella de vino, pero con una o dos copas bastarán. Como último detalle esta el ponqué. Aunque el pequeño no tenga memoria de ese momento cuando crezca, si se sentirá feliz viendo formas y colores que reconoce. Además sentirá que si es el centro de la fiesta y aprenderá a soplar su primera velita. Lo que no hay que olvidar son las fotografías, pues serán la prueba y más bonito recuerdo de ese primer año de vida.