El cuidado de los bebés en las culturas antiguas

En ocasiones conocer la historia y tradiciones relacionadas con determinadas actividades nos permite ver como ha evolucionado el mundo. Si esto lo trasladamos a los cuidados y la crianza de los bebés es posible percibir cuanto camino se ha andado y cómo la cosas han cambiando con el correr del tiempo. El cuidado de los bebés en las culturas antiguas

Comadronas, nodrizas, amasa de cría y matronas eran términos muy comunes utilizados en el siglo XIX relacionados con el nacimiento y el cuidado del bebé por su madre.

Así por ejemplo, en la cultura del Antiguo Egipto ocupaba una posición de mayor jerarquía que en otros países de Oriente, siendo en su hogar la persona que contaba con autoridad y era la responsable en todo lo concerniente a sus hijos. En esa época eran las llamadas parteras quienes se ocupaban de todo lo relacionado al embarazo y posterior parto, sin la intervención de un médico.

Las nodrizas eran personajes muy respetados en esta cultura y gozaban de varios privilegios, sobre todo cuando se hacía cargo del cuidado del hijo del faraón que le era entregado para que no solo lo cuidara sino que también lo educara junto a sus propios hijos.

Estas nodrizas cumplían también la función de cuidar y alimentar también a los niños abandonados y hasta los hijos de esclavos. En esta cultura tan peculiar la lactancia materna era un honor y abandonar un niño era castigado con mucho rigor ya que existían creencias especiales sobre el respecto y cuidado de los más pequeños.

También en Babilonia era penado por la ley tanto el abandono como el infanticidio promoviéndose la lactancia y que fuera la madre quien se encargara del cuidado de sus hijos. En la antigua Grecia eran las parteras las encargadas de brindar todos los cuidados obstétricos y los médicos solo podían intervenir en caso de complicaciones en el parto.

Además, luego del nacimiento el niño era cuidado y alimentado por la nodriza y en ocasiones el vínculo con el niño se transformaba en algo tan importante que anulaba su vínculo con la madre biológica, algo que con el tiempo se transformó en un problema y comenzó a escribirse sobre el tema.

En Roma las mujeres se caracterizaban por ser muy independientes y dedicaban gran parte de su tiempo a tareas fuera del hogar dejando a sus hijos al cuidado de una nodriza, que debía ser según las leyes de la época una mujer cariñosa, apacible y sana.

En la época existían los mercados denominados “lactarios”, un sitio donde los padres que eran pobres asistían para que sus hijos fueran alimentados por otra mujer. Fue precisamente la cultura del pueblo romano la encargada de hacer grandes aportes para los niños, sobre todo en temas como el disfrute de su niñez, además de tratar temas de fecundidad y educación, promulgándose inclusive la primera ley que hablaba sobre la protección a la infancia.

Llegada la Edad Media se producen cambios importantes que perjudicaron en gran medida la salud de la mujer por el tipo de trabajo que se vio obligada a desarrollar, además de la aparición de enfermedades llegadas de Oriente como la sífilis que se convirtieron e una de las causas de mayor cantidad de muerte en los niños.

Sin embargo, la figura de la nodriza siguió existiendo y era contratada tanto por los nobles como por comerciantes y artesanos para el amamantamiento de los niños. Con el tiempo se establecieron leyes que regulaban el trabajo de las nodrizas y amas de cría con contratos que podían durar hasta cuatro años.

Los niños comienzan a ser protegidos por la ley y los bebés son alimentados con leche materna, la ropa de las mujeres permite un sencillo acceso al pecho y el niño deja la leche de la madre entre el primer y tercer año de vida. Al llegar el Renacimiento las nodrizas siguen realizando su labor pero de forma más organizada pero en ocasiones luego del período de lactancia ocurrían casos en los cuales la nodriza no quería retornar el hijo a su madre biológica.

Notables cambios se han ido produciendo a través del tiempo y progresivamente el papel de nodrizas fue desapareciendo a pesar que muchas costumbres llevaron más tiempo en desaparecer para dar paso a un cuidado más centrado en la propia familia y por lo tanto en la figura de la madre como eje fundamental.

Foto Vía: histgueb