No siempre resulta fácil lograr que nuestros hijos, los jefes, los familiares o incluso los amigos nos lleguen a entender y escuchar. Para conseguirlo es necesario adoptar una posición positiva y honesta que mejorará nuestras relaciones sociales. 
Cómo lograr ser un buen ejemplo para las personas que nos rodean
Por norma general, es bien sabido que las personas prefieren estar al lado de alguien que en lugar de exigir, sepa contagiar un gran entusiasmo. Para ello es importante que las personas que nos rodean se lleguen a implicar en nuestros proyectos como nosotros mismos, por lo que es necesario trasmitirles de una manera clara nuestras intenciones.
La forma en la que actuamos es la mejor manera de declarar nuestras intenciones a los demás, por lo que debemos actuar en cualquier momento de una forma adecuada y correcta, por ejemplo, si pretendemos que nuestros hijos no crucen nunca un semáforo en rojo, nosotros tampoco debemos hacerlo bajo ningún concepto.
Una de las peores estrategias que podemos adoptar en nuestra vida es la de engañar a los demás a través de argucias y mentiras, ya que en el momento en que se descubra esta posición, las personas que lo han sufrido, se sentirán traicionadas y lo más probable es que terminen por darnos la espalda, por algo la mejor manera de conseguir persuadir a los demás es contando siempre la verdad.
No es normal que a una persona le gusten aquellas que son prepotentes y presuntuosas. Mucha gente llega a creer que los demás les valorarán más si cuentan lo mucho que tienen o lo mucho que valen, pero el efecto suele ser todo lo contrario. Cómo ejemplo cabe destacar que algunas de las personas más respetadas por todo el mundo a lo largo de los siglos, eran humildes y sencillos, como la madre Santa Teresa de Calcuta o Jesucristo. Si hacemos lo mismo conseguiremos el apoyo y el afecto de los que nos rodean.
Beneficiar a todo el mundo y ser positivo. Claves para influir en las personas que nos rodean
A la hora de comportarse ante cualquier circunstancia de nuestra vida, es imprescindible que nuestras actuaciones no sólo nos beneficien a nosotros mismos sino a todos aquellos que están a nuestro alrededor. Para poner de nuestra parte a las personas con las que convivimos a diario, es necesario hablar de ellos de una forma positiva. Si hacemos un elogio en el momento adecuado y a la persona correcta, tendremos mucho más poder de persuasión que cualquier orden que demos.
Hacer que los demás se sientan bien a nuestro lado, manteniendo una conversación divertida y amena, conseguirá que la conexión con las personas de nuestro alrededor se sientan identificadas con nosotros y por tanto más a gusto, lo que hará sin duda, que tengan un mejor conexión con nuestra persona.
Otro punto a tener en cuenta es nuestro lenguaje corporal. Para conseguir que alguien sienta una predisposición mayor hacia nuestra persona, se ha comprobado que tocar muy ligeramente durante unos breves segundo la parte superior de su brazo, da unos excelentes resultados de igual manea que imitar los movimientos de aquellos que se encuentran frente a nosotros, como por ejemplo, cruzar las piernas o inclinarse a la vez que lo hace aquel que tengamos al lado.
