Cómo hablarles de peso a los niños

Ahora los niños están siendo el blanco del sobrepeso y los daños emocionales a causa de unos kilos de más, entonces es necesario actuar entre padres y nutricionistas para evitar que se enferme desde temprana edad y que sea el motivo de burlas y maltratos. Cómo hablarles de peso a los niños Ahora con el aumento de la tendencia de sobre peso en los niños, es importante y más bien urgente que los padres le hablen a sus pequeños sobre la ganancia o pérdida de peso, sobre la gordura y sus peligros, sobre la alimentación sana y la no tan sana, sobre los hábitos como el ejercicio y las consecuencias del sedentarismo y cuidar de que no se obsesionen con el hecho de ser excesivamente delgados pero que tampoco pasen por alto que deben cuidar su cuerpo.

No es fácil hablar de kilos, de grasa o de calorías a un pequeño que solo se interesa en jugar o en comer, sobre todo postres y golosinas porque no les atrae la idea de las verduras o las frutas. Aún así es vital que se maneje el tema y mucho mejor si hay una asesoría de un nutricionista, pues hay que revisar la contextura del niño y la mejor forma de alimentarlos sin restricciones y con cuidados adecuados. Siempre es bueno que los niños escuchen otra voz, es decir, alguien a quien le tengan algo de confianza en cuanto a cosas serias se refiere, como un medico o un especialista, porque a veces los padres a pesar del amor y el respeto, no son una figura segura y confiable de todo lo que le dicen, cuentan u ordenan y por eso muchas veces no les hacen caso. Es importante que un nutricionista les explique acerca de lo que es tener un peso ideal, de los kilogramos adecuados que debe tener con relación a su edad. 

Por otro lado el respaldo de los padres si llegase a presentarse una situación de sobre peso es importante, pues ellos sentirán el rechazo de la sociedad y hasta las burlas o críticas destructivas, pero sentirán el amor de sus padres a pesar de lo que tienen que vivir día a día. A veces, cuando van creciendo, empiezan a manifestar su preocupación por no verse tan atractivos o tan lindos como los otros niños, entonces se genera un sufrimiento interno que debe ser identificado por los padres, para que por medio de la escucha, puedan exteriorizar lo que sienten, lo que sufren, lo que piensan y hasta lo que quieren por cambiar su imagen. 

Después de esto, hay que revisar lo que comen diariamente, analizar que se consume más y si desafortunadamente lo que más come es lo que menos lo nutre y más lo hace engordar. La idea no es obligarlo a tener un cuerpo de modelo con tan solo 4 o 5 años, sino enseñarles desde pequeños que lo mejor es mantenerse bien, por ello, a medida que entren en un proceso de dieta y vayan adelgazando, hay que felicitarlos e impulsarlos  a que sigan adelante sin decaer. Los castigos como el no comer o prohibirles para siempre los dulces o los helados es incorrecto, es saber dosificarlos y si es posible, no acostumbrarlos desde pequeños, para que después no les haga falta o lo sientan como una necesidad.