Cómo ayudar a un recién nacido a convertirse en un adulto más inteligente

Los niños desarrollan una inteligencia que a más de un adulto deja sorprendido, los pequeños de la casa aprenden más rápido de lo que se les imagina, por eso debemos aprender a conocerlos y saber cómo ayudarlos. Entérate aquí cómo hacerlo Cómo ayudar a un recién nacido a convertirse en un adulto más inteligente

Los primeros signos de la inteligencia del bebé se manifiestan cuando los cambios interfieren en el entorno del bebé. Esto está tan lejos de la teoría de que el bebé hereda la inteligencia de los padres.

Por lo general, la forma en la mente de nuestro bebé crece y se desarrolla, además está condicionada por la cantidad de factores que hacen reaccionar al pequeño.

Si el entorno ofrece al bebé una gran apertura y muchas otras opciones interactivas, el bebé va a reaccionar mediante la mejora de la atención.

Por ejemplo, al tomar al bebé a dar un paseo durante el primer mes se puede ver que él o ella tienden a quedarse dormido después de ver claramente todo y el procesamiento de la luz, el movimiento y el sonido. Así es como su pequeña mente tiende a procesar la información y durante el sueño, esta información es registrada y estimula el cerebro.

Muchas nos avergonzamos cuando presentamos al niño a diferentes personas y él se asusta y empieza a llorar. Esto tiene una razón muy buena y no tiene nada que ver con que sea una tontería del niño.

Los seres humanos representan los océanos de información abruptamente introducidos en el mundo de nuestro bebé. Hablan, se ríen, alcanzan y tocan al bebé, muchas veces tanta información resulta ser demasiado, especialmente si el bebé es muy pequeño.

¿Cómo podemos ayudar a que nuestro bebé sea inteligente?

Eso es más fácil de lo que piensas. Todo lo que tenemos que hacer es ofrecer nuestro tiempo y darles a los bebés la oportunidad de aprender, reaccionar y responder por su introducción en el medio ambiente.

Esto se puede hacer desde los primeros días de vida del bebé, pero los padres deben tener en cuenta que los niños tienen una manera muy diferente de procesar y entender el mundo.

Todo depende en gran medida de sus sentidos y, para los dos primeros años de vida ésta es su principal forma de interactuar con el medio ambiente.

Para que el bebé entre en contacto físico con el medio ambiente, debe relacionarse con sus sentidos. Por ello, los padres se animan a jugar con sus bebés para estimular su proceso de aprendizaje.

Antes de llegar a la edad de cuatro meses, ellos se ocupan en descubrir su cuerpo. Podemos ver que pasan mucho tiempo mirando sus manos o el análisis de las cosas que ellos muestran. Los niños muestran un gran interés por los rostros de sus seres queridos y por los sonidos que hacen.

La voz tranquila, la risa y el tacto se convierten en algo muy claro para el bebé. Este es el momento en que empiezan a entender las reglas y también la disposición de sus padres.

Desde este punto el proceso de aprendizaje va en aumento con cada nuevo elemento que los padres presentan a los niños.

Lo que debemos tener en cuenta es que no hay que empujarlos, ni hace que pierdan el interés. El punto principal de su educación temprana es que sienten una necesidad compulsiva de pasar tiempo con nosotros.

Si durante este tiempo se toma el reto y les ofrecen la información durante los partidos, el ejercicio físico y la interacción, los bebés registran y procesan el aprendizaje más rápido que nosotros y pueden aprender  como adultos.