Combatir los efectos de un ambiente seco

La falta de ventilación o el calor de las calefacciones pueden hacer que se consiga un ambiente excesivamente reseco. Para evitar los frecuentes problemas de salud que pueden acarrear estas situaciones, es fundamental mantener un nivel adecuado de humedad tanto en nuestra casa como en nuestro lugar de trabajo. Combatir los efectos de un ambiente seco

Trastornos frecuente originados por un exceso de sequedad

Tanto las fosas nasales como los ojos o las zonas mucosas, son las que suelen acusar más las consecuencias de un ambiente particularmente seco.

El aire caliente y seco procedente de las calefacciones puede llegar a irritar las fosas nasales y hacerlas mucho más susceptibles a todo tipo de problemas como sinusitis o a obstrucciones nasales, pero también puede producir un exceso de sequedad en la garganta, algo que puede derivar en picor e irritación de ésta.

Además, este tipo de situaciones pueden llegar a aumentar la sensación de picor por toda la piel y a resecarla y agravar los estados de dolencias como la dermatitis atópica o la psoriasis. También se ha comprobado mediante estudios realizados que un ambiente seco puede llegar a ser más proclive a la hora de contagios que un ambiente húmedo. Cuando se obtiene un nivel de humedad bajo, es decir, entre el 20 y el 35%, se puede llegar a producir un contagio superior al 75% por ejemplo, de una simple gripe. En cambio con una ambiente  que cuente con una tasa del 50%, la probabilidad de sufrir un contagio llega a ser muy baja y a partir del 80%, casi nula.

Cómo mantener un ambiente con un grado perfecto de humedad

En el momento en que aparecen algunos de los problemas referidos anteriormente, será necesario comprobar la temperatura del ambiente. Si ésta es inferior al 40%, es el momento de adoptar una serie de medidas básicas como una buena ventilación, abriendo durante la mañana durante una o dos horas todas las habitaciones de la casa. En caso de que el ambiente se vaya cargando durante el día, puede que sea necesario ventilar de nuevo durante unos minutos antes de irse a la cama.

Cuando se trabaja en un lugar donde no sea posible abrir las ventanas, es recomendable aprovechar los descansos laborales para darse un breve paseo por el exterior, preferiblemente por zonas verdes como plazas o parques, para poder respirar aire puro y fresco.

Puede resultar muy útil aplicarse unas gotas oculares en caso de padecer sequedad en los ojos, de igual manera que hidratarse adecuadamente bebiendo al menos un litro y medio de agua a diario, eso sí, en pequeñas cantidades para conseguir mantener nuestro organismo bien hidratado.

Añadir tanto a nuestro hogar como a nuestro lugar de trabajo plantas de interior, no sólo conseguirán proporcionarnos un ambiente agradable sino que también  contribuirán a conseguir un lugar con un mayor grado de humedad, sobre todo si las pulverizamos con agua frecuentemente.

Otra de las medidas que resultan más eficaces para conseguir un ambiente libre de sequedad, es colocar en cada una de las estancias de nuestra casa, recipientes con agua. Si se dispone de calefacción, colocarlos cerca de ella contrarrestará el efecto de sequedad que producen los radiadores.