Combatir el dolor crónico. Parte II.

Cuando un dolor se convierte en crónico y afecta a nuestra rutina diaria, es el momento adecuado para tomar las medidas necesarias y combatirlo antes de que pueda convertirse en una seria pesadilla en nuestras vidas. Combatir el dolor crónico. Parte II.

¿Qué hacer ante un dolor crónico?

Cuando hay que abordar este tipo de problemas, los especialistas recomiendan recurrir a diversos métodos de una manera simultánea, como por ejemplo con la farmacología o terapias alternativas y sobre todo con mantener una actitud positiva para afrontar los dolores con una buena disposición.

A los especialistas no les resulta nada fácil calcular la intensidad y el tipo de dolor de cada persona, ya que es una sensación muy subjetiva. En cualquier caso, para ayudarles puede ser muy útil confeccionar un diario donde se vayan apuntando los momentos del día en que el dolor resulta más intenso. También resulta muy importante apuntar cualquier tipo de analgésico o medicina que se toman de una forma habitual y la forma en la que el dolor afecta a nuestra vida diaria, de igual manera que las horas que se duermen al día. Esta información resultará de gran ayuda para decidir el tipo de tratamiento más adecuado a cada persona.

Cómo saber donde tenemos que acudir

Una de las principales razones por las que los dolores crónicos se encuentran tan extendidos, es porque las personas que los padecen consideran que no resulta necesario acudir al médico y soportan las molestias como pueden. Algunas de estas personas recurren a al automedicación, algo que puede agravar más el problema si cabe. En cualquier caso lo más adecuado es acudir al médico de cabecera que si lo estima conveniente puede derivarnos al especialista correspondiente o a un centro especializado en dolor.

Para dolores leves o moderados se recomiendan medicamentos como la aspirina o antiinflamatorios como el ibuprofeno, el paracetamol o las dipironas. En caso de sufrir un dolor de moderado a intenso puede recurrirse a un leve opiáceo como la dihidrocodeína. Si es muy intenso será necesario administrar algún opiáceo mucho más potente como el fentanilo o la morfina, siempre, eso sí, bajo prescripción médica.

En el caso de que los fármacos no resulten suficientes para calmar los dolores, existen otros métodos que pueden conseguir ayudarnos como la neuroestimulación eléctrica transcutánea, que consiste en la estimulación de una serie de terminaciones nerviosas que se localizan bajo la piel, mediante una corriente eléctrica que se aplica sobre ella. De este modo se llegan a interferir las señales de dolor que desde la médula se envían al cerebro.

Las bombas intratecales son unos aparatos que se encargan de suministrar las sustancias analgésicas directamente hasta el líquido cefalorrraquídeo para que lleguen hasta la médula directamente. Otro método utilizado para combatir el dolor crónico es el que consiste en interrumpir las vías del sistema nervioso central encargadas de enviar la señal de dolor hacia el cerebro.

Cualquiera que sea la intensidad del dolor que se sufre, es muy importante consultar con el médico antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento por nuestra cuenta.