Celos del hermanito: nace un nuevo hermano

Cuando un hermanito viene al mundo, puede ser un duro trance para el otro pequeño de la casa. Para que los celos del hermano mayor no causen estragos en la familia se recomienda seguir unas pautas o consejos. Celos del hermanito: nace un nuevo hermano

 ¿Qué son los celos del hermanito?

Los celos del hermanito se producen cuando el niño presiente o, bien, ya le han comunicado que su nuevo hermanito va a nacer. El niño crea una fuerte defensa ayudado de su irresistible ego interior, intuye, que la llegada al hogar de un nuevo miembro a la familia, irremediablemente, lo desplazará de su lugar privilegiado: ser el hijo único y soberano del hogar. Él sabe que de ahora en adelante tendrá que compartir muchas cosas: el cariño de su mamá, los juegos de su papá, los besos, abrazos y mil cosas más.

El niño, a causa, de estos celos del hermanito que, irremediablemente, viene en camino, comienza ha sentirse más nervioso, irritable e inestable. Llora desconsolado ante cualquier circunstancia sin importancia. Llama constantemente la atención, gritando y teniendo aptitudes impropias de su persona. Los padres se sienten confusos, ansiosos y, considerablemente, nerviosos ante este arrebato de celos del hermanito que padece el pequeño.


 ¿Qué solución buscar? Solución asegurada

 Ante la llegada de un nuevo hermanito a casa, hay que darle a entender al pequeño y explicarle con detenimiento y dulzura, que él siempre tendrá un importante y destacado lugar en el hogar familiar, al igual que el recién nacido. De ahora en adelante, el amor se repartirá entre ambos hermanos. Unos buenos consejos esclarecedores, pueden hacer que los padres preocupados por esta complicada situación, tomen de nuevo las riendas y el control total.

 

Recomendaciones para solventar y suavizar los posibles acontecimientos adversos provocados, a causa, de los celos del hermanito:

– Nada más llegar del hospital el nuevo hermanito a casa, se debe colmar de besos a ambos, nunca a uno de los dos, desaconsejado. La primera impresión siempre quedará grabada en el cerebro del pequeño.

– Si en días posteriores se besa, se abraza o se le dice: que se quiere a uno de los hijos, inmediatamente, comentárselo también al otro pequeñín. Esto hará que se sienta muy querido, exactamente, como antes.

– Hablarle constantemente de la gran virtud que posee al tener un hermanito para jugar, ver la televisión, hacer deporte o, un sinfín, de actividades que se podrán hacer en un futuro cercano con su hermano.

– A la hora de salir de paseo o de compras, si es posible, se debe ir acompañado de los dos hermanos.

– A la hora de regalar algún tipo de juguete, objeto o ropa, a alguno de los dos hermanos, no se debe olvidar que el otro pequeñín, irremediablemente, se quedará mirando, en este caso, lo recomendable sería: regalo para los dos o para ninguno.

– No comparar entre uno y otro hermano. Cada niño tiene su propia personalidad y naturaleza interior y, como tal, hay que respetarlo.

– Respetar su puesto como primer hermanito, motivarle a ser protector y amar a su hermano, siempre sin atosigarlo.

– Dejar que interactúe sin miedo, pero con precaución, con el recién nacido. Claros ejemplos de ello: tocarlo, acariciarlo, sentirlo y darle el biberón. Esto hará que cree un vínculo entre hermanos de gran fortaleza.

– Cuando al recién nacido se le vaya a dar el pecho o el biberón, se le debe preguntar al hijo mayor, si desea algo para comer o beber y, por supuesto, que se siente a su lado.

– Jugar, ver la televisión o, simplemente, leer un cuento a  ambos.

– A la hora del baño si se baña al recién nacido y el hijo mayor todavía tiene muy corta edad, es muy recomendable ayudarle también.

 

Es comprensible que la labor y el trabajo de los padres, es doble, pero esta solución está, totalmente, garantizada. Al tratar a los pequeñines por igual la conducta de ambos hermanos, irremediablemente, cambiará. Los dos hermanitos necesitan el mismo amor, cariño y comprensión por parte de sus progenitores, sus padres. De esta manera, los celos del hermanito y, por supuesto, sus posibles consecuencias adversas, no tienen porque darse ni desarrollarse en la conducta del hermano mayor. Crecerá sano y feliz junto al recién nacido, sin celos del hermanito.