Alteraciones en el cordón umbilical

Durante el embarazo la futura madre sufre de algunos temores lógicos sobre el desarrollo de su bebé, algunos infundados y otros con cierto fundamento, entre ellos las alteraciones que puede sufrir el cordón umbilical. Alteraciones en el cordón umbilical El cordón umbilical es durante los nueve meses de embarazo el nexo que sirve como comunicador del bebé con la placenta, encargada de aportarle alimento y oxigeno durante todo ese tiempo, algo indispensable para su desarrollo, cumpliendo también la labor de eliminar todas las sustancias tóxicas.

Entre las alteraciones más comunes que pueden ocurrir con el cordón umbilical se encuentra la circular de cordón, denominada así a las vueltas que éste puede dar alrededor del cuello del bebé, pudiendo también enrollarse en otras zonas de su cuerpo.

Se estima que entre el 20 y el 40% de los bebés pueden nacer con una circular de cordón, algo que puede suceder durante el embarazo o en ocasión del parto y que mayormente no traer problemas siempre que no se encuentre muy ajustada y que al comprimir el cordón impida el paso de sangre y una buena oxigenación.

Por esa razón,  es tan importante el monitoreo fetal que en muchas oportunidades puede dar la pauta de una circular de cordón sobre todo cuando la repercusión es sobre el aporte de sangre al feto y sólo el monitoreo puede registrarla.

En ocasiones una ecografía permite ver esta situación a pesar que no puede tomarse como un diagnóstico de certeza absoluta y para confirmarlo se realizará un Doppler simple o Doppler Color, únicos métodos que pueden dar un diagnóstico preciso de circular de cordón, aún cuando no afecte al feto. En cualquier caso siempre es el médico el que decidirá que acción tomar y si es necesaria alguna acción en concreto.

Otros problemas que pueden presentarse son la ausencia de una de las arterias, ya que el cordón está formado por dos arterias, una vena y tres vasos. Esta anomalía se presenta por alteraciones en el crecimiento del feto, malformaciones renales o también cardíacas. Su incidencia es relativamente baja y se presenta de 0,8% en los embarazos únicos y en un 5% en los múltiples.

También, puede haber una alteración en la longitud del cordón, siendo el normal de 50 a 55 centímetros. Si el cordón es sumamente corto podría impedir que el bebé se coloque en una posición normal en el momento del parto, situación que llevará a la realización de una cesárea para el nacimiento del bebé sin problemas.

Los nudos del cordón umbilical tienen una incidencia muy baja y se calcula en un 1% del total de nacimiento.

Los nudos se producen por los múltiples movimientos del bebé y se trata de un problema que al ser detectado debe vigilarse muy de cerca ya que puede traer complicaciones para el bebé impidiendo un correcto flujo de sangre a través del cordón.

Todas estas alteraciones son tenidas en cuenta por el médico en cada consulta que realiza la embarazada y no deben descuidarse pero tampoco tomarse como algo que genere angustia a la madre,  ya que existen hoy gran cantidad de estudios complementarios que permiten detectarlos a tiempo y optar por la mejor solución para evitar el sufrimiento fetal al bebé.

Foto: SXC