Accidentes en los niños de 1 a 5 años

No es una fatalidad, es ausencia de prevención. Accidentes en los niños de 1 a 5 años Un niño pequeño puede accidentarse por multiplicidad de motivos, entre ellos, por las condiciones de riesgo del ambiente en que se encuentra, por los descuidos o la ausencia de los adultos, por ser varón está más expuesto, por la creencia errónea de que al «rol de hombre» le corresponden la valentía y la audacia y se los alienta y festeja en ese sentido empujándolos de esa forma a mayores riesgos, por los comportamientos propios de cada edad.

De 1 a 2 años:

– Es muy curioso, quiere investigar y explorar todo.
– Todo lo toca y se lo lleva a la boca.
– Le atraen mucho los objetos que sobresalen, los huecos y las hendiduras.
– Inicia la de-ambulación; gatea, camina y se trepa luego corre y salta.
– La adquisición de nuevas habilidades lo impulsan a nuevos riesgos.
– Objetos aparentemente inofensivos para adultos pueden significar para ellos un gran peligro.
– Le atraen enchufes y tomacorrientes, por ello los explora y también intenta introducir objetos.

A los 3 años:

– Es muy autónomo. Los adultos creen que pueden darle responsabilidades que no están en condiciones de cumplir (quedarse solo, cuidar hermanos menores, salir a la calle o jugar solo en ella). Esta confusión es un factor de riesgo.
– No sabe reconocer los peligros.
– No puede aún aprender y poner en práctica las normas de seguridad.
– Le gusta imitar a los adultos.

A los 4 y 5 años:

– Tiene gran curiosidad por máquinas y aparatos que lo atraen y entretienen.
– Puede cambiar súbitamente la atención de un juego seguro a otro riesgoso.
– Aparenta gran autonomía y responsabilidad engañosa para los adultos que confían en esa falsa apariencia.
– Puede súbitamente olvidar las habilidades adquiridas de control y auto-cuidado.
– Desarrolla gran confianza en sí mismo que lo impulsa hacia situaciones peligrosas por su inexperiencia e inmadurez.
– No sabe reaccionar ante el peligro o puede hacer lo contrario a lo conveniente (se esconde en su cama en un incendio o se queda inmóvil).
– Se entusiasma con su juego y se descuida (cruza la calle sin mirar tras una pelota).